miércoles, 10 de julio de 2013

Hoy


Hoy

Ayer cavé mi tumba para esparcir tus cenizas. Cavé para plantar cara a la muerte. Cavé hondo, tan hondo que llegué a las antípodas de la consciencia. Cavé y desenterré al diablo. Cavé por cavar, por vicio, por inercia, porque sí. Cavé hasta embarrarme la vista. Cavé con las manos descubiertas. Cavé enfurecida y borracha. Cavé y cavé.

Ayer vendí mi pala.

Ayer no quise saber del mañana, ni supuse del futuro. Tampoco me preocupé del día anterior o de aquella semana que pasamos en el Sur, cuando aún creíamos saberlo todo. No quise recordar, ni idear.

Ayer vendí mis diarios.

Puede que ayer pasaran muchas cosas, pero a mí se me pasó el tiempo vendiendo cortinas de humo a juego con las ventanas tintadas de mi habitación.



Ester Sinatxe.

2 comentarios: