lunes, 13 de mayo de 2013

Sin destinatario



A ti, que sabes quién eres, que te disuelves en cada trago de esta vida, en cada mirada hacia el horizonte. A ti que has bebido más que yo, que has brindado con el vacío y me has dibujado una mentira en cada caricia que te he inventado. A ti que has contestado todas las preguntas que nunca te quise hacer. A ti, que has pasado página y no me has dejado ni una anodina nota del autor.

A mí, que doy vueltas en tu círculo sin llegar a cerrarlo.

A nosotros, que nunca fuimos el seremos que quiero crear.

A todos aquellos que nos acompañaron, que supieron acompasar respiración y caminar, que bailaron nuestras canciones y se equivocaron tanto, más, o menos, que tú, que yo. ¿A nosotros?

A mí, a ti, a este teclado, testigo y verdugo de cada palabra que se ha deslizado de ti a mí, de mí a ti, de nosotros a aquellos.

A mi imaginación, a mi mundo no exteriorizado, a mi adulta interior, a esta botella que se vacía.

A esta canción que nunca había escuchado, a la melodía que me dedicaste y resuena y resuena y resuena y resuena...

Al silencio, a mis gritos, a tus golpes.

A aquella que dijo while you were sleeping I was listening to the radio and wondering what you're dreaming when it came to mind that I didn't care.*

A aquella otra que baila paralizada. A él que la captura.

A ti. A nadie. A mí.

Ester Sinatxe.

*Mientras dormías, estaba escuchando la radio y preguntándome con qué estarías soñando, cuando me di cuenta de que no me importaba (Rest Stop, Matchbox Twenty)




No hay comentarios:

Publicar un comentario