lunes, 21 de septiembre de 2020

Cómo despedirse de alguien a quien ya no saludas, en siete pasos


A Patricia


Primero: Dibújate un interrogante en los labios a juego con tu blanca incredulidad.

Segundo: Aviva los recuerdos buscando el último cruce de caminos en el que fingiste tener más prisa que tiempo y tiraste la promesa de un café dos papeleras después.

Tercero: Cálzate la culpa y dirígete, al compás de vuestra banda sonora, al pie de una escalera a su cielo… que se derrumbará ante tu impertinente falta de fe.

Cuarto: Pasa horas desenterrando fotos del fondo de las carpetas olvidadas, en un rincón enmarañado de tu memoria externa.

Quinto: Ten cuidado de no resbalar bajo la lluvia de despedidas que inundan su perfil bueno en las redes, en las que también erais asociales.

Sexto: Coge el interrogante de tus labios y úsalo para colgar alguna de esas fotos desenterradas en su muro (o en el tuyo) y márcala con algún verso que os pueda etiquetar juntas en un intento de perdurar justo en el punto final.

Séptimo: Cae en la cuenta de que ninguno de estos pasos no te ha servido absolutamente para nada y…

LLORA, JODER, LLORA.

Y mira como del charco que se va acumulando en tus manos florecen todos los momentos compartidos enredándose en las hojas del diario en las que incrustaste su nombre

Y LLORA, JODER, LLORA para regarlas y que no se marchiten nunca.

Para qué coño quieres despedirte de alguien a quien ya no saludas si puedes sonreírle a su fantasma y coger carrerilla para saltar a los brazos de todos los que siguen vivos.


Ester Sinatxe
(Febrero 2020)