domingo, 11 de agosto de 2013

El extremo más duro



"De acero soy de la cabeza a los pies" canturrea y yo me vuelvo loca por forjarle hasta los huesos.

Pasa de largo y se me enredan las ganas en los dedos. Agradezco haber comprado pilas hace unos días porque esta noche voy a dejar que su imagen me recorra hasta deshacerme.

"Y cuando ríe, el mundo entero me da igual" canturreo recordando las birras compartidas, sabiendo lo reales que son las manos y lo ilusa que es la piel.

Se derrama una de las cervezas, acabo empapada; y con más imaginación que nunca, me lamo las heridas y el deseo de saborearlo.

Imagen original por Malte Sörensen
“Y su calor es como el sol en un cama fría de una noche de un invierno” suena en mi vieja radio y se dibujan en mi sonrisa todos los mordiscos que nos debemos.

Mejor dejo la ventana abierta, que se escape el calor mientras cuento los kilómetros que le sobran a estas sábanas; y los versos salen solos, como si formaran parte de una canción que nos sabemos de memoria.

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