Pues va a ser que hoy tengo el día llorón, pero no por pena, ni tristeza... lo que tengo es una rabia que me supera.
Tantos años de pelea y lucha para que las mujeres tengamos los mismos derechos que los hombres, tirados a la basura en menos de dos años de esta nefasta legislatura; lucha como la de aquellas maravillosas sufragistas que pusieron en peligro su libertad y su vida para que hoy podamos votar... ¿Y qué hacemos con nuestro voto? Pues dárselo a una pandilla de impresentables que en Madrid, el Día de la Mujer, nos regalaron clases de aerobic y nos dejaron un personal shopper para nuestro disfrute, en vez de ofrecer unas buenas charlas de concienciación sobre la realidad actual de la mujer. Parece que se nos ha olvidado que no es una fecha para celebrar “lo mucho que nos gusta salir de compras y estar bellísimas”, si no para recordar que todavía queda mucho terreno por conquistar en el camino de la igualdad.
Le hemos dado el voto a una pandilla de impresentables que en las aulas (a las que están dejando sin presupuesto) no se preocupan de enseñar la diferencia entre violencia de género y violencia doméstica, de cómo reconocer una agresión y/o abuso, y mucho menos de cómo denunciarlo; no se molestan en hacer entender a los más jóvenes que la situación de inferioridad en la que se encuentra hoy por hoy la mujer es la herencia de siglos y siglos de sometimiento patriarcal. Que la lucha por la igualdad es un trabajo conjunto de ambos sexos.
Le hemos dado el voto a una pandilla de impresentables que se creen con el derecho de decidir sobre nuestros cuerpos y embarazos. Que limitan la reproducción asistida gratuita a parejas heterosexuales, anulándole el derecho de ser madres a mujeres solteras y parejas de lesbianas que no pueden permitirse pagar una clínica privada.
Y hoy me levanto con el notición de que se está estudiando la posibilidad de incluir en las estadísticas de violencia de género SOLO a las víctimas que hayan pasado más de 24 horas hospitalizadas debido a una agresión. Es decir, en caso de que esta propuesta se haga efectiva, el número de mujeres maltratadas bajaría drásticamente en lo que se refiere a estadísticas; con estos números maquilladísimos en la mano, aquellas personas empeñadas en demostrar que no existen las desigualdades sociales entre hombres y mujeres, tendrían razones suficientes para anular las actuales leyes de violencia de género, para recortar aún más los pocos recursos con los que cuentan las mujeres maltratadas para denunciar y llevar a costosos juicios a sus agresores; incluso las podrían dejar sin la protección que tan desesperadamente necesitan.
Yo no les voté, pero muchas mujeres sí. ¿En qué coño estaban pensando? Señoras que dieron el voto a esta pandilla de impresentables, busquen en la enciclopedia el nombre de Clara Campoamor y lloren de vergüenza, tal y como estoy llorando yo de rabia.
Qué lástima avanzar un poquito para luego retroceder siglos.
ResponderEliminarPues sí, yo quiero pensar que es solo un bache en el camino y que con el retroceso podremos coger más carrerilla para el próximo salto.
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