Vacíos, espacios… nada que leer entre líneas y hojas secas deshechas sobre el papel. Dejo que la tinta camine lánguida sobre el cuaderno, buscando un verso que robar de los labios de una musa; la más puta de todas.
Yo, bufón de espíritu trovador, con mil y un cuentos que cantar cada noche, me quedé muda.
Tú, que tantas veces has cambiado de rostro, vuelves a dominar mi estado de ánimo. Creas tormentas y en un vaivén de mi imaginación explotas en calma. En mi cama.
Ester Sinatxe
(2 - 09 - 2011)
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